Qué ropa ponerte para ir al gimnasio
Este es un gran dilema y muchas veces, en los gimnasios o en la calle, vemos personas a las que rápidamente identificamos como habituales y otras que sabemos que no llevan ni dos días haciendo deporte. ¿Por qué sucede esto? Bien, una persona que lleva ya tiempo haciendo deporte conoce su cuerpo y cuáles son las prendas que mejor le quedan.
Si nos planteamos ir al gimnasio, está claro que lo primero es hacer una mochila o bolso con lo necesario. Una toalla para el sudor, una para la ducha, unas chanclas para no coger hongos y la ropa que vamos a sudar. En esto último es en lo que vamos a incidir hoy con un par de consejos. El primero: si no tienes una barriga plana o unos abdominales de hierro no te pongas camisetas apretadas. Si eres constante, puede que en unos meses puedas llevarlas.
El segundo consejo tiene que ver con las mallas de deporte. Cierto es que son muy cómodas pero si tenemos piernas muy grandes mejor optar por un pantalón corto o alguno tipo pirata (sólo para el gimnasio por favor). Nada de poneros cintas en la frente ni cosas así, al gimnasio se va a sudar hay que tenerlo asumido y hay que ir cómodo. Nadie dice que tengamos que llevar prendas XXXL pero tampoco ropa demasiado ajustada que no nos permita movernos con la soltura que requiera el ejercicio.
El tema del calzado es muy simple. Por suerte, en el gimnasio no hay reglas de colores por lo que podremos escoger unas zapatillas del color que queramos sin que nos miren mal. Con que sean cómodas y no nos hagan daño bastará. Los calcetines deben ser lisos, preferiblemente por debajo del tobillo, ni calcetines por la rodilla ni con dibujos de Spider Man.
Ten en cuenta que a la hora de hacer ejercicio sudarás mucho, por lo que camisetas oscuras o blancas disimularán mucho más el chorretón de agua que soltarás.